La semana pasada, la primera ministra del Reino Unido Theresa May vino sin ser invitada a la Cumbre Europea.
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Artículo original publicado el 23/10/2017
Como todo el mundo se lo esperaba, Theresa May acabó viniendo a la última Cumbre Europea celebrada en Bruselas entre el 18 y el 20 de octubre.
Pero, aun así, el público reaccionó ante su presencia de forma extremadamente negativa. Y justificada.
Al fin y al cabo, es bien sabido que el futuro de la Unión se decide durante las Cumbres Europeas. Y como el Reino Unido decidió salir de la UE, a partir de 2019 no tendrá ni voz ni voto en las decisiones que se tomen en la Unión Europea. Por eso muchos se preguntan si la presencia de May en la Cumbre era acertada y si no por qué le habían permitido participar. Todos estos incidentes siguen alimentando el debate sobre cómo debería la Unión Europea tratar al Reino Unido.
Por suerte o por desgracia, la mayoría de los medios de comunicación europeos adivinaron el plan de May. La única razón por la que se encontraba en la Cumbre Europea, era para rogar por un acuerdo positivo, acuerdo que la delegación del Reino Unido está dificultando. Todos saben, y el Reino Unido tampoco lo está escondiendo, que prefieren un “no deal to a bad deal”, es decir, no lograr un acuerdo a lograr uno negativo. Por otro lado, cabe mencionar que muchos ciudadanos europeos muestran su descontento ante la posibilidad de un acuerdo positivo.
Irónicamente, la prensa británica (si se puede llamar así a “periódicos” convertidos en tabloides de baja calidad repletos de artículos atrayentes sobre sucesos de ninguna o escasa importancia) publicaba a grandes titulares que May estaba forzando a los líderes europeos a que le den al Reino Unido un “buen acuerdo”. Al fin y al cabo, los británicos viven en un mundo diferente, desconectados de la realidad.
Este tipo de incidentes continuarán ocurriendo a lo largo de las negociaciones y, probablemente, tras la salida del Reino Unido de la Unión Europea. Todos hemos oído vociferar a más de un británico que no estarán contentos hasta que la Unión Europea desaparezca, por lo que sabemos que aún oiremos hablar de ellos en el futuro. Quisiéramos tener la esperanza de que los británicos abran los ojos y se den cuenta de hasta qué punto la mitad de sus argumentos son estúpidos, pero sabemos que eso no ocurrirá hasta que pase mucho tiempo.
En cualquier caso, nuestro periódico tratará de vez en cuando este tipo de tonterías.