Puigdemont, el expresidente catalán fugado, ha impedido que una marca se llame “Pig Demont” por el parecido con su nombre.
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En diciembre del año pasado (2017), un empresario andaluz llamado Juan Alberto López González montó una empresa de embutidos andaluces que vende jamones, vinos, quesos y aceites. Eligió un logo, el de un cerdo con gafas, y un nombre, “Pig Demont”. El empresario asegura que lo hizo jugando con la palabra inglesa “pig” (cerdo) y la francesa “de mont” (de monte) y que el cerdo no es una caricatura del expresidente catalán fugado Carles Puigdemont (Puchi para los amigos).
Cuando una empresa quiere registrar un logotipo, los trámites obligan a este logotipo a ser publicado por la Oficina de Patentes y Marcas durante algún tiempo y si nadie contesta el logo en el periodo de tiempo dado (dos meses), el proceso sigue adelante. En este caso, el abogado de Puigdemont en España se opuso al registro de dicha marca, suspendiendo con ello temporalmente el proceso. ¿La causa? El parecido del cerdo con Puigdemont. El empresario andaluz ya ha contestado esta decisión. Según su abogado, habrá que esperar entre 1 y 3 semanas para tener una respuesta definitiva.
Quienes estén interesados en verificar esta información por sí mismos, pueden pinchar el enlace.
Por otro lado, aunque el empresario andaluz diga que lo hizo sin fijarse en el parecido, también está el hecho de que vende un vino llamado “Rufián”. Este nombre suena al de Gabriel Rufián, otro independentista catalán, que tiene actualmente un escaño en el Congreso de los Diputados. Dejamos debajo un video de promoción hecho por el Sr. López González para este vino:
El empresario andaluz ha dejado un mensaje en su página web que dice:
“A causa de la presión, la falta de la libertad de expresión, la falta de humor y la cobardía política no se aceptarán de momento más pedidos y servirán todos los contratados pendientes a partir del lunes
Alberto González López
VIVA ANDALUCIA, VIVA CATALUÑA Y VIVA ESPAÑA”
Es una pena ya que esos embutidos tienen buena pinta. Si el independentismo catalán sigue así ¿qué nos quitarán la próxima vez? ¿El Turrón de Alicante? ¿El aceite de oliva andaluz? ¿Las naranjas de Murcia o los plátanos de Canarias?
Mientras tanto y por arte de magia, los independentistas catalanes son capaces de hablar en castellano, pero no para reírse de la “broma”, sino para insultar al pobre empresario. Cuando la justicia está en desacuerdo con lo que ellos piensan insultan al país, pero cuando esta les hace un favor la elogian. Una vez más, demuestran qué tipo de “pacíficos” son. Basta con recordar cuando atacaron a la policía durante las manifestaciones del 1-O o cuando asaltaron la consejería de Economía mientras estaba siendo registrada por una secretaria judicial el 20-S.
Esperamos que el empresario andaluz salga victorioso de este litigio, ya que lo que necesita España en estos momentos son emprendedores que creen negocios, impulsen la economía, y pongan un poco de buen humor de vez en cuando. ¿Puigdemont? Que se quede en Alemania o Bélgica.