Muchos españoles sospechaban que algo iba a pasar con Puigdemont, y esas dudas se confirmaron ayer por la mañana, en un giro casi cómico de la situación.
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Se sabía que algo se tramaba desde el viernes pasado, y ya algunas personas bromeaban sobre el asunto, diciendo que se tendría que poner a Puigdemont en la cárcel “por si acaso”. Irónicamente, ayer por la mañana, se descubrió que Puigdemont y 5 exconsejeros catalanes habían huido a… Bruselas.
Poco se sabe sobre el asunto. El secretario de Estado belga, Theo Francken, había recomendado hace unos días a Puigdemont que peda asilo en Bélgica, antes de ser forzado a rectificar por el primer ministro belga, Charles Michel.
Theo Francken pertenece al partido flamenco N-VA, partido que quiere la independencia de la región flamenca de Bélgica.
Oficialmente, Puigdemont no tuvo citas con ministros belgas.
La situación actual pone la relación entre España y Bélgica en una situación delicada, ya que, si Bélgica acepta la potencial demanda de asilo político de Puigdemont, estaría reconociendo que no confía en su socio.
También ayer, el fiscal presentó una querella por rebelión, malversación de fondos públicos y sedición contra Puigdemont y otros miembros del ex-gobierno catalán, ante la Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo.
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