Trump, el hombre que dijo “Las guerras comerciales son buenas y fáciles de ganar”, acaba de anunciar 12 mil millones de dólares en ayudas a los agricultores afectados por los aranceles de la guerra comercial que se libra entre los Estados Unidos, China y la Unión Europea.
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El martes 24 de julio, la administración de Trump anunció que darían hasta 12 mil millones de dólares en ayudas para los agricultores afectados por los aranceles impuestos por Trump en la actual guerra comercial entre los Estados Unidos, la Unión Europea y China.
Algunos agricultores dieron la bienvenida al programa debido a la incertidumbre actual en los mercados, pero otros rechazaron la opción, alegando que lo que necesitan no son ayudas del gobierno, sino mercados donde vender sus productos ya que las ayudas gubernamentales solo funcionan a corto plazo. Uno de los productos más afectados por los aranceles de Trump es la soja cuyo precio ha disminuido de 20% debido a que China ha establecido aranceles de 25% a este producto.
Este programa de ayudas lo está realizando el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos y cubre productos específicos como la soja, el maíz, el trigo y los productos lácteos. El gobierno también comprará parte del surplus de productos específicos, como fruta o cerdo. Los agricultores pueden empezar a inscribirse para recibir las ayudas a principios de septiembre, justo antes de las elecciones del Congreso.
Otros sectores de la economía cuestionan por qué únicamente el sector de la agricultura recibe ayudas del gobierno, y no otros sectores de la economía que también se ven afectados por los aranceles. Este es el caso de los fabricantes de automóviles y destiladores.
El miércoles 25 de julio, el presidente de la Comisión Europea, el señor Jean-Claude Juncker, se reunió con Trump para intentar llegar a un acuerdo. Irónicamente, el señor Juncker mencionó que la Unión Europea importaría más soja de Estados Unidos. Pero al contrario de lo que Trump piensa, esto no se debe a que el gobierno americano fuerce a las compañías europeas a comprar soja americana, sino al mercado libre. En efecto, como China está comprando soja proveniente de Brasil, la soja americana se ha abaratado por la débil demanda. Aprovechando la bajada de precios de la soja americana, las empresas europeas han empezado a comprar más. Esta tendencia debería continuar todavía por algún tiempo. Sin embargo, los expertos ya advierten que las compañías de la Unión Europea no podrán comprar tanto volumen como las empresas chinas, lo que llevará a una pérdida de parte del mercado.